lunes, 20 de julio de 2009

Relaciones sindicales productivas

BITÁCORA MUNICIPAL

Por Enrique Chávez Estudillo *

Relaciones sindicales productivas

Es normal que haya divergencias entre quienes representan a los trabajadores de cualquier empresa o gobierno y sus empleadores, debido a que la obligación fundamental de un sindicato es proteger los intereses de sus agremiados, mientras que los empresarios o los funcionarios de confianza deben cuidar las finanzas de los negocios o de la gestión de que se trata.

En consecuencia, cuando un sindicato exige aumento salarial o más prestaciones a las que sus afiliados tienen, lo único que hace es cumplir con el mandato que se le encargó. En contraste, el dirigente gremial que no defiende a los trabajadores – simplemente – no está cumpliendo con su deber y defrauda a quienes aportan sus cuotas esperando estar bien representados.

Mientras tanto, es perfectamente normal y aceptable que el dueño de un negocio o los representantes de un gobierno defiendan el patrimonio que tienen a su cargo, cuiden las finanzas de su empresa y se nieguen a aceptar todas las exigencias de los empleados de base, cuando cumplirlas representaría erogaciones excesivas que pondrían en riesgo la existencia misma del negocio o la salud financiera de la administración en cuestión.

Entonces, lo que debe prevalecer en las relaciones sindicales es el respeto, la tolerancia y la negociación, que permitan alcanzar acuerdos suficientes y aceptables para las partes y que garanticen la permanencia de la empresa o la estabilidad económica y laboral del gobierno de qué se trate.

Una buena negociación sindical se basa en el diálogo entre las partes y, sobre todo, en el deseo de alcanzar los consensos que coadyuven a mantener una relación laboral sana, productiva y benéfica para los involucrados. Y para ello, es necesario entender que cuando se concilia no se obtendrá todo lo que se desea, pero sí es posible lograr beneficios.

No es válido sentarse a negociar esperando la rendición de la contraparte o la imposición exclusiva de las propias demandas, sino que se requiere entender que para lograr algún beneficio habrá que hacer concesiones también. Además, es importante tomar en cuenta que en un verdadero consenso no se consigue el 100 por ciento de lo que se buscaba.

Finalmente, como miembro del Cabildo del ayuntamiento de Puebla, hago votos por que las relaciones laborales entre el gobierno municipal y el sindicato de trabajadores de base se desarrollen en un marco de pleno respeto, institucionalidad y conciliación, sin acusaciones ni descalificaciones mutuas, para beneficio no solamente de la administración y de sus empleados, sino de la propia capital del estado y, en especial, de quienes vivimos en ella.

*Presidente de la comisión de Derechos Humanos en el Cabildo de Puebla

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