miércoles, 11 de agosto de 2010

Los retos del PRI

BITÁCORA MUNICIPAL

Por Enrique Chávez Estudillo*


Es lógico que la derrota de mi partido en los comicios del pasado 4 de julio en estados importantes electoralmente, como Oaxaca, Sinaloa y, sobre todo, Puebla, haya generado un debate interno extenso, sobre cuál debe ser su futuro, quién puede encabezarlo y qué tiene que hacer para recuperar la confianza de la ciudadanía antes de la sucesión presidencial del 2012.


Incluso, me parece sano y muy necesario que los priístas de Puebla debatamos abiertamente qué partido necesitamos y queremos construir para los próximos años, porque un partido debe promover las discusiones internas, para ser una institución democrática, incluyente y transparente, capaz de recuperar la confianza mayoritaria de la gente.


Sin embargo, es negativo el hecho de que algunos funcionarios de distintos niveles de gobierno se nieguen a aceptar que las condiciones políticas internas y externas en el PRI estatal han cambiado radicalmente a partir del 4 de julio y sigan con su misma y desgastada fórmula de utilizar a determinados columnistas políticos, para descalificar a sus críticos y promover campañas negras contra sus adversarios.

Porque lo que los priístas tenemos que discutir en este momento no es únicamente qué tipo de dirigente estatal o municipal debe encabezarnos a partir del año entrante, sino – sobre todo – qué tipo de partido debemos conformar, para recuperar el apoyo mayoritario de los poblanos.

Quienes realmente queremos al partido sabemos que su trascendencia no radica en las instalaciones, edificios, muebles o en el manejo de las cuotas de sus militantes, sino en sus principios, ideología, praxis política y, principalmente, en el apoyo de miles de ciudadanos de Puebla, que confían en él y que esperan que se democratice y que sea una oposición crítica, responsable y propositiva.

Para recuperar el apoyo mayoritario de la gente, los priístas debemos entender la nueva realidad sociopolítica del estado y ofrecer soluciones reales a las necesidades y demandas de los jóvenes, las mujeres, los estudiantes, trabajadores y los empresarios poblanos, porque cada sector social tiene una problemática específica que debe ser atendida por el partido.

Además, deben erradicarse las prácticas autoritarias y excluyentes, que mucho han dañado al priísmo al provocar divisiones internas y derrotas. En contraste, lo que se necesita en el seno partidista es promover la democracia, la inclusión y, sobre todo, el acatamiento a las decisiones de la militancia.

*Presidente de la comisión de Derechos Humanos en el Cabildo de Puebla

Consenso y transparencia en la obra pública

BITÁCORA MUNICIPAL




Por Enrique Chávez Estudillo*


Desde noviembre del 2009 (E –Consulta, 31 de julio del 2010), el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) otorgó al ayuntamiento de Puebla el permiso, para llevar a cabo el proyecto Corredor Gastronómico Bicentenario, que reactivará la economía de la zona y, además, rescatará algunos sitios de gran valía arquitectónica.




Sin embargo, el Consejo del Centro Histórico y algunos de mis compañeros regidores en el Cabildo de Puebla han externado justificadas inquietudes por este proyecto, debido a que temen que se dañe el patrimonio cultural o arquitectónico de la ciudad y, para evitarlo, han pedido al propio INAH que lo detenga, aunque esta dependencia federal ya aclaró que no parará los trabajos al no haber motivo para hacerlo.


Es natural que en los seres humanos haya temor a los cambios, además de que los poblanos valoramos el patrimonio cultural de nuestra ciudad y, por lo mismo, son entendibles las reticencias al proyecto para remodelar el Paseo Bravo. No obstante, todos los que pasamos por esa zona de la capital entendemos que hace falta darle vida y modernizarlo.


Este contexto refleja que, probablemente, ha fallado la comunicación entre el ayuntamiento, algunos regidores y los miembros del Consejo del Centro Histórico, a quienes – quizá – no se les ha explicado a detalle en qué consiste este programa de trabajo, cuáles son sus objetivos, cómo se preservará el patrimonio cultural de la ciudad, qué beneficios generará, quién lo ejecutará, en cuánto tiempo estará concluido y cómo reactivará la economía de la región.


Ningún gobierno – municipal, estatal o federal – pretende dañar las joyas arquitectónicas de la ciudad y, también, soy un convencido de que ningún grupo político o ciudadano se opone a proyectos benéficos solamente por intereses partidistas o particulares.



En consecuencia, es recomendable que algún funcionario del ayuntamiento promueva un acercamiento con el Cabildo, el Consejo del Centro Histórico, los colegios de ingenieros y arquitectos, empresarios y todos los sectores sociales interesados en el proyecto, para que se los muestre y responda a sus cuestionamientos, críticas o propuestas.



La mejor forma de evitar protestas contra los planes gubernamentales es llevarlos a cabo con transparencia y buscar el consenso social que los legitime. Así se evitan las sospechas, los rumores malintencionados, las imposiciones o las protestas.


*Presidente de la comisión de Derechos Humanos en el Cabildo de Puebla

Seguidores