Por Enrique Chávez Estudillo*
En Puebla y otras partes del país se viven los procesos de entrega de los diferentes niveles de gobierno y es posible constatar acuerdos o desavenencias entre las administraciones salientes y las entrantes, porque quienes todavía ejercen el poder quieren definir destino de los recursos públicos hasta el último minuto de sus gestiones, mientras que los que están próximos a ejercerlo desean que sus antecesores les dejen finanzas y estructuras oficiales sanas.
Además, independientemente de los tiempos políticos o electorales, la realidad es que la gente necesita y demanda que los diferentes niveles de gobierno le den servicios y atención de manera permanente, oportuna y eficiente, sin importar los nombres de los funcionarios públicos o las siglas del partido en el poder.
De hecho, se requiere que quienes hacen leyes y reglamentos tomen en cuenta que es un reducido porcentaje de la ciudadanía al que le interesan los colores del partido que la gobierna, ya que lo que sí le importa a la gran mayoría de la gente es que sus exigencias sean atendidas eficaz y rápidamente por los diversos niveles administrativos.
En este contexto, se necesita reglamentar el manejo de los recursos públicos durante los cambios de gobierno, para que las gestiones en funciones cuenten con los fondos suficientes con que seguir dando servicios a la ciudadanía hasta el último minuto de sus períodos y, al mismo tiempo, garantizar por la vía legal que las administraciones entrantes tengan la solvencia financiera necesaria para comenzar exitosamente sus labores.
Es un hecho que los recursos que manejan y, a veces, se disputan los gobiernos salientes y entrantes son de la ciudadanía y, por lo mismo, deben usarse en su beneficio. Por lo mismo, las leyes deben garantizar que ninguna disputa política o partidista ponga en riesgo los bienes públicos o deje a la gente sin servicios.
También es conveniente reglamentar los cambios de gobierno, para que la ciudadanía y las gestiones entrantes conozcan el estado real en que se encuentra la administración pública del municipio o estado a la hora del relevo, porque actualmente, el hecho de que la transición gubernamental sea tersa o ríspida depende de la buena o mala relación entre quienes llegan y los que se van y esto no debería seguir así.
*Presidente de la Comisión de Derechos Humanos en el Cabildo de Puebla
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