miércoles, 28 de abril de 2010

El periodismo y la delincuencia organizada

El pasado domingo, uno de los medios informativos más importantes del país – la revista Proceso – publicó una nota de su fundador, el periodista Julio Scherer García, quien en un lugar no identificado se reunió y platicó con uno de los narcotraficantes más identificados, temidos y buscados por las policías de México y Estados Unidos: Ismael, el mayo Zambada.




Aunque el mayo Zambada no le permitió a Scherer García una entrevista en forma, sí reconoció que en 4 ocasiones ha estado a punto de ser capturado, que tiene miedo de que esto ocurra y que la guerra del gobierno federal contra el narcotráfico está perdida, porque se trata de una actividad arraigada en la sociedad, como la corrupción.



Incluso, el mayo aseguró que, si llegara a ser capturado, no pasaría nada importante, debido a que los reemplazos de cada capo están en las calles todavía antes de que sus predecesores sean detenidos o muertos. Es claro que al interior del gobierno federal y en el medio periodístico habrá en los próximos días y hasta semanas muchas reacciones por este estupendo trabajo periodístico de don Julio Scherer.



Aunque algunos respetados columnistas nacionales, como Carlos Ramírez y Héctor Aguilar Camín, critican que Scherer García haya accedido a reunirse con Ismael Zambada, lo cierto es que el fundador de Proceso no tenía por qué negarse a realizar un ejercicio periodístico interesante con uno de los miembros de la delincuencia organizada más buscados por el gobierno federal.



Además, capturar al mayo no es una tarea que le competa al ex director del diario Excélsior o a cualquier otro periodista, sino al gobierno federal, que desde hace más de 4 años dejó de ocuparse de los demás problemas nacionales - como la pobreza y la corrupción- y asumió como única prioridad el combate al narcotráfico.



Como lector, la nota principal del Proceso de esta semana me pareció muy interesante y también considero que en el tema del narcotráfico, como en todos los tópicos, el periodismo tratar de mantener una cobertura objetiva, desapasionada y plural, sin sensacionalismos ni amarillismo, pero también sin sectarismos.



La existencia de la delincuencia organizada es una realidad en nuestro país y, como tal, es también un tema de interés para los mexicanos, que a través de los medios de comunicación necesitamos informarnos de la manera más objetiva posible de lo que ocurre en ese tópico.



Además, negar los problemas no ayuda a resolverlos y, por lo tanto, de nada serviría que los espacios informativos ocultaran lo que sucede en todo país con la delincuencia organizada y los continuos y públicos fracasos del gobierno federal en su intento de combatirla.



*Presidente de la comisión de Derechos Humanos en el Cabildo de Puebla

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